lunes, 3 de noviembre de 2014

LA VIDA



Dicen que la vida es como un río; unas veces tranquilo y otras serpenteante y espumoso, bravo y arrogante, caudaloso unas y poco profundo otras; a veces nos lleva sereno en su caminar hacia el mar y otras, sin embargo, nos arrastra con fuerza, nos hace caer y luchar contracorriente.

De esta forma comienza la introducción de mi segunda novela "Para alcanzar una estrella solo tienes que apuntar al cielo".

Buscaba un relato fresco, actual, creíble y a la vez mágico. Los personajes que forman este relato son cercanos, cotidianos y a la vez escurridizos como un pez en el agua. Ellos me han llevado de la mano hasta donde sus vidas les han guiado y en ese recorrido hemos disfrutado de sus ocurrencias, sufrimientos, percances y pensamientos discordantes; pero también su humanidad y un sentimiento creciente de sabiduría les ha transportado hasta los límites de su cotidianidad llegando a alcanzar esos objetivos planeados sobre el tramo del camino de cada uno de ellos.


Paulo Coelho dijo una vez: "Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante".


Ambas reflexiones me llevan al mismo punto: la vida es para vivirla no para que ésta nos viva. ¿Entendéis? Si algún sentido tiene el ir cumpliendo años es el de aprender a vivir. Sí, saber en cada momento lo que queremos, lo que pensamos, lo que anhelamos y sobre todo, aprender a desechar aquellas conductas, actitudes, pensamiento y sentimiento que no deseamos.

"Bienvenidos sean los errores porque ellos nos servirán para no volver a cometerlos" o visto de otro modo: no hay errores sino aprendizajes. ¡Esto me gusta más! y hace poco tiempo que lo he aprendido, no creáis.


Los personajes de mi novela buscan su camino. Se atreven a experimentar el sabor amargo de los acontecimientos, para comenzar a caminar en otra dirección, con otro paso, a otro nivel y piensan, abren su corazón, se arriesgan, temen y se asustan pero miran siempre hacia adelante, con valentía y con miedo pero sus ganas de cambiar algo en sus vidas, les lleva a atreverse y en ese atrevimiento se van delimitando las líneas a seguir, los pasos a dar. Así, poco a poco van recogiendo ganancias.


Pero hasta llegar ahí han tenido que pasar muchas cosas. Al fin y al cabo la vida se compone de momentos.


Estoy convencida de que cada día que pasa estoy aprendiendo a disfrutar de cada uno de esos momentos, saboreándolos y disfrutándolos. Mis lecturas me han ayudado mucho para encontrar esta nueva forma de ver la vida.


Seguiré hablándoos de esta novela que tantos ratos buenos me ha dado.


Gracias por estar ahí. De forma silenciosa... Hasta mañana.







No hay comentarios:

Publicar un comentario