domingo, 17 de abril de 2016

Reclamo su atención

He tenido dos piedrecitas en mi zapato que me han hecho pequeños desajustes en mi forma de caminar.

Hace poco tiempo tuve que firmar un contrato de seguro de automóviles y como os podéis imaginar estaba redactado en masculino. Esa fue la primera piedra.
Tenía dos opciones: La primera, hacer caso omiso a esos términos: Propietario, asegurado, tomador...
y firmar el contrato protestando para mis adentros lo mucho que nos queda por trabajar para hacer visibles a la mitad, y un poco más, de la humanidad.
La segunda opción era la que hice: rectificar a mano, todos los sustantivos en los que se me nombraba en masculino por el correcto femenino y luego  firmar como la tomadora del seguro. La mujer que me atendió, Cristina, ya me conoce y sabe por qué actuo de esta forma.
Tenemos que ir rompiendo esos "clichés" que tanto daño están haciendo.

La segundo ha sido hace dos días. Tengo que firmar otro contrato, que no he firmado todavía precisamente por estar también en.... Directamente he enviado un email a la empresa que me lo ha enviado pidiendo que cambien esos sustantivos masculinos por los adecuados femeninos puesto que yo soy una mujer y no un hombre y por lo tanto no corresponde decir: El mandante o el comprador...

Hay muchos ejemplos en la web, por lo tanto no procede poner aquí ninguno de ellos.
Espero el contrato con interés pues todo puede ocurrir; desde que me lo envíen modificado, como les he pedido educadamente, a que no  quieran saber nada más de mí y tenga que actuar de otro modo para que se haga la justicia como creo humildemente que corresponde.

Gracias por vuestra comprensión e interés.

Cambiando actitudes

Hola de nuevo:

El pasado jueves, 14 de abril, en nuestra sesión de Mindfulness hablamos de los cambios de actitud para dejar de sufrir y también de las personas cuyo pensamiento es positivo o negativo.

Y es que por una serie de circunstancias, algunas de ellas con una gran carga emocional y otras inexplicables para mí, desde hace unas dos semanas me vienen ocurriendo situaciones que me están produciendo dolor y un sentimiento de tristeza. Menos mal que mi maletín de herramientas está actualizado y he podido disponer de algunas de ellas en estos momentos difíciles para mi persona.

Comencé hablando, sin entrar en detalles, de cómo, aún intentando hacer siempre las cosas de la mejor forma posible, siempre con cariño y profesionalidad, hay personas que, por su forma de ser, por la falta de confianza o porque no saben relativizar en su vida y desde luego no saben hacer las cosas de otro modo, intentan restar tranquilidad a mi vida y...duele. Duele hasta que extraígo de mi maletín una herramienta recién adquirida: la de ver con objetividad, sin juicios, con aceptación y comprensión, poniéndome en el lugar de la otra persona para comprender su modo de actuar, de hacer, de dirigirse hacia mi como profesional y, es entonces cuando, filtro y cambio mi actitud. Dejo de sufrir. Paro mis pensamientos ondulantes y me recojo...me protejo.

Hay personas que me han ayudado a ver este cambio de actitud. En un primer lugar, mi ego me decía que tenía que demostrar a esa persona que no debía hacerme daño ya que ella misma estaba cometiendo también errores sin saberlo y yo estaba dispuesta a denostrárselos.

Sin embargo, como digo, he sido aconsejada, he reflexionado y he guardado mi ego en uno de los cajones de mi subconsciente. De este modo sale mi parte más humana, más humilde y, con esa humildad ya no necesito demostrar nada, ya no tengo ese deseo de quedar por encima. Comprendo, acepto y pido esa confianza decepcionada, robada...

Decía también en el seminario que los pensamientos positivos desarrollan mentes más evolucionadas y lo decía de este modo: "Las personas que son positivas son más felices y tienen más éxito en sus relaciones personales y profesionales". Son capaces de adquirir más sabiduría y cambiar cuando es necesario aunque cueste, aunque tengan que salir de su "zona de confort". Merece la pena porque de este modo hay una mayor felicidad.

Sin embargo quienes van por la vida con pensamientos y actuaciones negativas solo consiguen lo que reclaman... actos negativos, relaciones pobres y un gran armario lleno de miedos y quejas. El miedo paraliza y las quejas invalidan. Las personas que tienen por sistema quejarse de todo y por todo no son felices. Van pasando la vida de puntillas, hacienco el menor ruido posible para pasar desapercibidas. Sus vidas están llenas de vacíos: "Si tuviera otra persona al lado...", "Si fuese de otra manera", "Si no me miraran tan mal...", "Si fulanito o menganita no fuera tan....", Entonces yo podría...

La vida se va pasando en la supervivencia, en la ausencia de retos, de ilusiones, de alegrías y aprendizajes porque todo parece dañino y "me aparto de lo que me hace daño". 

Gracias por estar ahí... aunque en silencio me gusta oíros de vez en cuando.