Conforme pasan los
años, y la experiencia se va acumulando, me voy encontrando con postulados más
coherentes, más resueltos. ¿En cuánto a qué? Os preguntaréis. Tiene que ver con
la vida, con el tiempo tan preciado ,quizás, tan poco valorado individualmente. Mientras las
personas nos atropellamos por cumplir con una apretada agenda, por llegar a
tiempo a no sé dónde… por acaparar más y más bienes materiales… el reloj de
nuestra vida corre inexorablemente hacia adelante y en ese proceder, transitamos
por caminos que ya nunca más vamos a volver a encontrar. Y nuestra apreciada
vida va pasando inconscientemente, de forma patente e inalterable.
Yo he aprendido…. Bueno todavía estoy aprendiendo a “frenar”, a ir más despacio en ese camino sinuoso que
conforma mi existencia. Los acontecimientos y los eventos que van surgiendo van
siendo modelados por mí, en contra,
muchas veces de mis ganas de hacer más o de la falta de comprensión de las
personas que me rodean, en cuanto al por qué de mi comportamiento.
Me gustaría abrir aquí el tema de los "Deberes escolares", porque creo que tiene mucho que ver con ese tiempo y esa forma de vivir nuestra vida y la de las personas que forman parte de nuestra vida. Y me gustaría que comentáseis y planteáseis vuestros sentimientos, vuestras ideas o dudas sobre este tema tan importante y tan poco debatido en los colegios.
Soy maestra y siempre
me he mostrado contraria a enviar deberes a casa, nunca me he sentido a gusto
con este acto incomprensible para mí y, sin embargo, me he dejado arrastrar por
las prisas, por el cumplimiento de un currículo, por la falsa necesidad de
creer que las familias así lo reclaman… Llegado a este punto, me doy perfecta
cuenta de mi torpeza, de mi falta de empatía hacia mis educandos, de mi poca
reflexión hacia este escandaloso tema.
Ya hace unos cuando
días que he dicho “basta”. Que me niego a sacrificar el tiempo en familia de mi
alumnado, de ese tiempo compartido plácidamente en agradable compañía con esas
criaturas maravillosas. Que no quiero seguir participando en este acto
inadecuado e incomprendido para mí, y sí, he reflexionado, he leído bastante,
todo lo que ha caído en mis manos sobre los “deberes” y de tomado, ya, mi
decisión.
No pienso, ni por un
momento, que haciendo menos, en casa, se consigan peores resultados. No creo
que trabajando incansablemente en casa haciendo deberes, además de las
actividades extraescolares se vayan a conseguir mejores resultados académicos. Por ello, estoy
convencida de que tiene que haber un equilibrio, un tiempo para repasar lo que
hemos hecho en clase, acabando lo que no hayamos acabado. Tienen todo el derecho también a jugar, a crear, a saborear la relación con mamá y con papá, con los hermanos o hermanas si los hubiese, con los abuelos o abuelas... disfrutando con juegos, diálogos, relatos compartidos… todo en armonía y con buena cara, con cariño…,
desde el corazón.
Me gustaría abrir aquí ese debate sobre los “deberes escolares” porque me he dicho ya es el momento. Me he escandalizado cuando le leído el
artículo del periódico: "Diez horas de deberes a la semana en Rusia", "seis en
España".
Ya oigo las voces:
“Es que mi hijo o mi hija los hace en un pis-pas”, “Es que si no hacen deberes
están ganduleando toda la tarde”, “son un refuerzo del aprendizaje”, “Es que
sin deberes no adquieren el hábito de estudio”…
Corrigiendo los deberes he observado muchas connotaciones, muy subjetivas, si queréis, pero que están
ahí. Veo sus caritas, trabajando en casa, veo sus letras o sus números grandes,
deformes, gigantes, en algunos casos, en otros se nota su falta de energía…, Puedo ver ,entre líneas, su cansancio, su abatimiento, su desmotivación en algunos casos.
Para terminar, os
dejo el artículo del periódico sobre los deberes y también un link, un vídeo
titulado “Enséñame pero bonito”, donde también se habla de este tema. A mí
personalmente, me ha hecho reflexionar. Siempre digo que estamos trabajando con
personas en formación y que tenemos una gran responsabilidad.
Dejémosles transitar
por su vida de forma tranquila, pausada, para que aprendan a disfrutar de todos
los pequeños momentos por los que van pasando. Yo siempre les digo que no es lo
mismo mirar que observar, que podemos ir por la vida mirando lo que nos vamos
encontrando pero sin el matiz de observar los colores, las formas y a las
personas que nos rodean. Tenemos que pararnos. Pararnos para observar todo eso
que nos estamos perdiendo… momentos que ya no volverán porque forman parte del
pasado. Dejémosles tiempo para ese disfrute.
Nuestras niñas y nuestros
niños se merecen esta reflexión para ayudarles de la mejor forma en su caminar
hacia la vida adulta.
¡Tienen tanta vida por delante!
https://www.youtube.com/watch?v=bYZJD-aUN0A
El artículo del periódico "El País" esta en este link:
http://politica.elpais.com/politica/2015/05/13/actualidad/1431523305_412764.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario