sábado, 3 de enero de 2015

El lenguaje con mayúsculas

He querido comenzar hablando del lenguaje y su relación con el pensamiento, con las actitudes, con las conductas y con los sentimientos porque siento una enorme sensación interna de explicar muchos conceptos que se agolpan en mi mente y en mi corazón. Ya he comentado alguna vez que cuando nuestras inquietudes se dirigen en un camino en el que creemos firmemente, en el que tenemos claro cómo podemos expresar, cómo podemos ayudar. Entonces no hay nadie que nos pare porque nuestra sensación de afirmación es, en esos momentos, muy grande. Me explico. Por un lado estoy convencida de que nuestro lenguaje condiciona nuestro pensamiento y nuestra forma de vida, de relacionarnos y de estar en el mundo. Aún más, dependiendo del lugar en el que nos encontremos, de la cultura que nos ve crecer, de la educación que recibimos, esta convicción es todavía más grande. Esto es así porque la cultura en la que crecemos nos va dirigiendo hacia unos objetivos desarrollados y establecidos dentro de la sociedad en la que vivimos. hay unas normas claras implícitas y explícitas que hemos de seguir, unos estereotipos que nos reconducen y nos dicen hacia donde podemos encaminarnos y unos condicionamientos sociales de los cuales se encarga la educación, que nos van delimitando nuestra forma de ser y de actuar, dependiendo del sexo con el que hemos nacido.

El lenguaje, en este sentido es el vehículo que utiliza la sociedad para que todo esté en su sitio, en este caso las personas en sociedad, sus conductas sociales y sus relaciones también sociales. Todo esto me lleva a afirmar: por un lado que las personas aprendemos a pensar, a sentir, a comportarnos de una determinada manera, condicionadas, esto sí, por la personalidad, entonces hay personas que asumen perfectamente su papel dentro de la sociedad y hay otras personas que, de una u otra forma se sienten como "un pez fuera del agua" condicionadas por una determinada cultura que no les deja desarrollarse como quisieran. Aún más, a pesar de esta molestia, hay personas que no encuentran su camino y se pasan la vida sintiendo esa incomodidad, no aprobándola y mal llevándola pero sin encontrar una clara solución a su pesar. Hay otras personas, sin embargo que luchan, por tener un sitio dentro de esa cultura, de esa sociedad, expresando su sentir. Son las que mueven el mundo, las que transmiten fuerza y empatía. Serán bien queridas o no pero no se dejan influenciar por conductas establecidas porque tienen claro que algo hay que cambiar.
No sé si habréis leído algo sobre "El elemento" de Ken Robinson, sobre "Fluir" de Mihaly Csikszentmihalyi o sobre "Estoy donde tengo que estar" como lo denomino yo, Maite García. Pues bien, en los tres casos se estoy refiriendo a la sensación de hacer aquello que te gusta y que haces bien, eso que te apasiona y que puedes llevar a cabo en tu vida, que puede cambiar el pensamiento de muchas personas, hacerlas reflexionar y sentir de otra manera a como estaban acostumbradas y a que sus vidas tengan otro sentido.

Qué afortunadas son las personas que pueden llegar a encontrar en sus vidas ese camino.
Yo me siento afortunada de que, a pesar de los años transcurridos en mi vida, o gracias a ellos, he encontrado este FLUIR, en mi  vida y puedo compartirlo, transmitirlo con ganas y entusiasmo.

Para encontrar ese Fluir o ese Elemento, hay personas que han tenido que huir de su cultura, de la sociedad en la que se han criado porque en ella no podían desarrollar ese camino que les fascinaba. Unas por ser mujeres o porque las circunstancias personales les han ido reconduciendo su vidas. Otras personas han tenido a gente que le ha ayudado a encontrar ese estado de gracia que, probablemente, de otro modo no hubiesen encontrado, y les han ayudado a esclarecer su camino.

Yo lo he encontrado y estoy llevándolo a la práctica. No, no he tenido que huir de mi entorno social, ni tampoco ha habido nadie que me lo haya descubierto, o sí. Lo he ido encontrando a base de equivocarme, de trabajar mi autoestima, de leer mucho y hacer muchos cursos de autoayuda, también encontrando a personas que piensan como yo y trabajan por los mismos objetivos que yo. Poco a poco mi camino se he ha ido esclareciendo.

Seguiré en ello hasta donde el camino me lleve.
Gracias por leerme y espero y deseo vuestros comentarios.

FELIZ AÑO 2015
Que todos vuestros buenos deseos se consigan y que en vuestro caminar alcancéis una mayor riqueza.

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