sábado, 30 de agosto de 2014

Un año más se terminan las vacaciones del verano. Siento que soy otra persona: más tranquila, serena y relajada. Ha pasado el tiempo necesario para olvidar el estrés acumulado durante todo el curso anterior, los sin sabores, las desilusiones, las inquietudes, los sentimientos a flor de piel y las fisuras incipientes en el corazón capaces de convertirse en grandes sufrimientos. 

Sí, ha sido un curso duro, muy duro. Por otro lado allí, justo al final de éste, quedaron los abrazos, los apoyos y las palabras de consuelo y cariño de todas esas personas que han estado siempre a mi alrededor, siempre atentas a cualquier desfallecimiento para recoger mi tristeza, mi ansiedad y cubrirla de luz, de paz. Gracias a todas esas personas porque sin ellas, no hubiese sido capaz de seguir adelante. Gracias a mi familia, a mis compañeras y compañeros, a mis mamás y papás, a todas esas personas que me conocen desde hace tanto tiempo y saben como soy, cómo trabajo, como siento y cómo doy todo lo que tengo de mí. Gracias por vuestra confianza, por vuestra apoyo, vuestros abrazos siempre maravillosos y por vuestras palabras, vuestras sonrisas.
Gracias también a mis queridas niñas y niños de la clase de las ositas y ositos. Siempre he sentido vuestro cariño, incluso en los momentos más difíciles y a pesar de ellos. Siento no haber podido terminar el ciclo y haberos dejado en Primaria. Siento que las cosas se hayan desarrollado de esa manera.

Hoy, a punto de comenzar un nuevo curso escolar, en Primaria, por primera vez en toda mi carrera profesional, me siento muy ilusionada para comenzar en esta nueva etapa, con ganas de dar lo mejor de mí a mi alumnado, con mucha fuerza y una gran vocación de maestra. Y es que ¡Tengo mucho que dar!

El verano está pasando y lo bueno de todo esto que me ha ocurrido durante el curso escolar es que siempre intento disfrutar de los momentos de la vida, esos que pasan a nuestro alrededor y que muchas veces, pasan desapercibidos, de todos ellos y de todas las circunstancias que les rodean: Un paseo por el campo, por la playa, por la ciudad, sentir los cálidos rayos del sol y la suave brisa marina. Rodearme de mis amistades, de mi familia y saborear su presencia, su comunicación y su cariño. 

En este tiempo estival me ha dado tiempo para hacer muchas cosas, entre ellas: pasear y leer. Algunas otras se quedaron todavía pendientes de realizar, pero no me cabe ninguna duda de que las realizaré. Son proyectos que van tomando forma, que voy visualizando y que están germinando. Sé que pronto comenzaran a materializarse. Uno de esos proyectos es escribir un libro (otro), relacionado con ese tema que tanto me apasiona desde hace ya tanto tiempo y que considero tan importante: La discriminación de la mujer en el lenguaje hablado y escrito y su relación con la formación de la identidad de la persona y también de la violencia de género hacia las mujeres.
  
  Ahí vamos!!

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